El arte de envejecer es el arte de
conservar alguna esperanza.
André Maurois
Hoy 27 de abril, las noticias
comienzan con que el Ayuntamiento de Alcorcón va a acudir hoy de nuevo a la
justicia para pedir su amparo ante el posible incumplimiento del Gobierno de
Isabel Díaz Ayuso del auto judicial de la semana pasada que le obligaba a medicalizar
y dotar de mayor personal y medios sanitarios a las cuatro residencias de
mayores de la localidad.
El virus ha entrado en prácticamente
todas las residencias geriátricos
madrileños y en la mayoría del país. Las residencias madrileñas con más muertes
atribuidas al virus son Montehermoso (25), Santísima Virgen y San Caledonio
(13) y Albertia Moratalaz (9). Pero en otros países la situación es similar: En
la residencia Cremona Solidale, en la ciudad italiana de Cremona, murieron en
un solo día 18 personas por problemas respiratorios, síntomas asociados con el
coronavirus. Y al menos 35 personas han muerto por la enfermedad en el
geriátrico Life Care Center de Kirkland, en Seattle, Estados Unidos.
La letalidad de COVID 19 en personas
de tercera edad hace ya semanas que es un secreto a voces: Los datos oficiales
en Italia reportan el 9,6% de fallecidos entre los septuagenarios, de un 16,6%
entre los octogenarios y de un 19% entre los nonagenarios. Y China, por mucho
que miente, ha dado resultados similares a los de Italia, mientras otros países
callan.
La omisión de reportes de los
fallecidos en residencias es un mal común en muchos países europeos Y en España,
ya los sindicatos han denunciado reportes falsos de las residencias privadas,
que intentan mantener su credibilidad porque afectaría su negocio.
A pesar de este subregistro, se sabe
que el 37% del total de fallecidos españoles hasta la fecha por el coronavirus son
ancianos. Es decir, más de un tercio de los muertos por el COVID-19 en España
es un anciano que estaba en una residencia de mayores.
Al inicio de la pandemia se
calculaba que alrededor de 390.000 ancianos estaban ingresados en las casi 6.000 residencias para
mayores que hay en España, que en su gran mayoría son de titularidad privada.
Al drama de los ancianos, se suma el
de los que los cuidan: Hay más de 500 profesionales que atienden a mayores en
residencias de ancianos que han dado positivo en los test por coronavirus. Algunos
ya engrosan la lista de víctimas como dos monjas cuidadoras de una residencia madrileña.
¿Nos sorprende esto? Demos algunas razones:
1.
El INE
reportaba en 2018, que había hay 8.908.151 de personas mayores, un 19,1% sobre
el total de la población (46.722.980). Y que el ritmo seguía creciendo. Igual
en Italia, UK, Alemania y la mayoría de Europa. Solo de centenarios existen
11.229 empadronados. Somos un país de VIEJOS.
2.
En España, la
mayoría de residentes extranjeros son de tercera edad: Reino Unido
(91.977), Alemania (30.289) y Francia (16.996) son las nacionalidades
predominantes; Suiza y Noruega destacan entre los países no comunitarios,
además de Marruecos y Colombia y Venezuela entre los países africanos y de
América, respectivamente. Somos un país de RETIRADOS EXTRANJEROS.
3.
Coincide que en los municipios con mayor
morbimortalidad de España (Madrid y Barcelona) son en los que viven más personas
mayores (1.006.020). El foco de la pandemia son NUESTROS VIEJOS.
4.
Las personas
mayores suponen el 45,3% de todas las altas hospitalarias (2017) y presentan
estancias más largas que el resto de la población. Las tasas de morbilidad
hospitalaria aumentan con la edad, que se asocia con peores estados de salud y cronicidad.
Nuestros ancianos se enferman más, se complican más y utilizan más el SISTEMA
DE SALUD.
5.
Está
demostrado que el tratamiento de los ancianos por personal especializado en Geriatría
(incluyendo el de apoyo) reduce hasta un 35% el número de ingresos en
urgencias, un 45% los ingresos hospitalarios y, además, disminuye el número de
días que el paciente permanece ingresado, que suele oscilar entre los siete y
los diez días. Pero ya en 2017 la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
planteaba que el sistema sanitario
público en estos momentos necesitaría multiplicar por dos el número de
geriatras para cubrir, al menos, las necesidades actuales más básicas. No hay
suficientes Geriatras ni el personal de las residencias recibe todo el ENTRENAMIENTO
NECESARIO.
6.
L a Ley de Dependencia
que permitía cotizar a la Seguridad Social Seguridad Social a los cuidadores no
profesionales fue prácticamente eliminada en 2012 y solo parcialmente
reinstaurada (no incluye las ayudas) el año pasado. Cuidar a los viejos en el HOGAR
es un ahorro tremendo al gasto públicos (hay listas de esperas par residencias)
y un modo más humano de asistir a nuestros viejos en su entorno. Los que no pueden cuidar de sus ancianos,
sacan dinero para esa residencia privada que es un negocio lucrativo donde ni médicos
ni el resto del personal son retribuidos con SALARIOS DECENTES.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Desde luego que NO ha sido por la gestión
de un gobierno que lleva solo un año en el poder. Ha sido la negligencia en mayor
o menor grado de TODOS los gobiernos anteriores, del conjunto de esfuerzos
insuficientes, de una población que ha cerrado los ojos a un problema muy grave
porque lo importante son las pateras que cruzan el estrecho y agitar banderas
cantando por Manolo Escobar ¡que viva España!
Como Psicogeriatra, trabajé hace
unos seis años en dos Residencias Privadas en Málaga, que yo llamaría de lujo. No
voy a decir lo que me pagaban porque por hora es poco más de lo que le pago a la
chica que me limpia la casa una vez por semana. Lo hacía por entrenamiento y
por vocación, por suerte no para vivir. Muchas veces nos costaba a mí y las
enfermeras muchos esfuerzos lograr que viniera un familiar a vernos para
discutir la situación de salud de un paciente. Me pregunto si los familiares de
ancianos fallecidos que ahora están demandando a residencias y al gobierno, estarían
entre estos.
Lo que trajo el barco… de la negligencia.
Fuentes, SEGG, INE, EL País, SER,
Europa Press, Redacción Medica
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