Centrar el centro



 Cuando hace unos años Pablo Casado , de estreno al frente del Partido Popular, escogió a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz, supe que había abierto las puertas a su propio fin. Cayetana, lenguaraz, representaba la intolerancia, el insulto grosero y las posturas más extremas dentro de la derecha. Casado pretendía ganarse el electorado de VOX compitiendo con el mismo discurso. Y el error le pasó la cuenta en las elecciones con un resultado espantoso y tuvo que sacar a Cayetana , ganándose una enemiga jurada.

Alberto Núñez Feijóo​ era más cercano a los modos de Rajoy pero nunca a los aires (ocasionales) socioliberales de Soraya Sáenz de Santamaría .

Se engaña quien piense que Feijóo​ es un moderado centrista. Como una meiga, la sombra gallega y franquista de Manuel Fraga siempre está a su lado. Pero Casado fracasó girando mas a la derecha y Feijóo​ sabe que toca moverse al centro.

Y para ello recupera y ficha de portavoz a Borja Semper. Un vasco delgado, simpático, que escribe poesía y viste moderno y que tiene amigos de izquierda (hasta publica un libro con Eduardo Madina). Siempre con perfume socioliberal, hace dos años Borja renunció al PP aduciendo demasiada crispación y en pleno rifirrafe con la Cayetana. En realidad, tuvo un gran fracaso electoral cuando era cabeza de lista en las elecciones en Donosti.

La nueva estrategia del PP se traducirá al francés como: Más Macron y menos Le Pen.

Tienen dos problemas:

Que es prácticamente imposible que ningún partido alcance el gobierno con mayoría y sin pacto con otros y la única alianza posible para el PP sería VOX. 

Que las propias elecciones en Donosti para Borja dejaron saber que el discurso guay y de centro no parece encajar bien en un electorado que quiere más enfrentamientos como los que ve en Tele Cinco . 

El trasvase de electores socialistas a aun PP mas socioliberal, mas de centro, es difícil. Los que no gustan de Pedro Sánchez, no se tragan a un Borja. Después de todo ambos son matices de un centro que se ha vuelto impopular ante el auge de las demagogias populistas de derecha y de izquierda.

Te lo digo tó y no te digo ná.


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