Regreso a mi blog, abandonado por mucho tiempo por una mezcla de indisciplina, laxitud literaria y mucho trabajo para ganarme el pan. Pero este sitio es solaz y refugio y se merece que lo cuide. Es cierta la noticia de que yo, que me creía un pacifista, acabo
de bombardear a Siria y no lo sabia. Ala menos eso parece en ciertas publicaciones en las redes sociales.
Sé
que lo he dicho anteriormente. Lo mucho que rechazo las etiquetas, casi siempre
nacidas del prejuicio y la ignorancia. Por ejemplo esa, de muchos cubanos, catalogando
como comunista hasta a una mosca que se mueva un milímetro a la izquierda de
sus ‘ verdades absolutas’ (algunas como resultado de esa tendencia de algunos
emigrantes para aculturarse del lado del
grupo que creen tiene más poder y dinero, como si esto se transmitiera por
contacto). Trato de entenderlo como parte de la experiencia traumática de haber
vivido en su sistema totalitario de izquierdas.
Lo que me resulta de vergüenza ajena,
es ver a ALGUNOS españoles (esa tierra
que llevo en la sangre y tan cercana) que ni siquiera conocen a este país, considerando
tan a la ligera que “todos somos Trump”, que los 300 millones de norteamericanos
queremos la guerra y que rociamos Napalm en Vietnam. Se llenan la boca para decir “los
americanos….” donde debería decirse “el gobierno de turno de los EEUU”. O es
que Rajoy son todos los españoles? O Le
Pen es el total de los franceses? Dicen con facilidad yanquis pero de seguro se
sentirían ofendidos si les llamaran gaznápiros,
gachupines, chiquiliquatres, charnegos,
bolos, moñigueros o paletos. Y que hay
de aquel acrónimo despreciativo de PIGS? Y no quiero comentar los que algunos
dicen de Miami sin conocerlo.
Nótese, que dije algunos al principio y lo repito, porque me
precio de tener familia y buenos amigos españoles que no tienen nada que ver
con este enanismo moral y mental. Por el contrario, leen, viajan y se educan y están
muy lejos de esta monomanía anti-americana. Curiosamente, este antiamericanismo a ultranza nace de la guerra de 1898 (más
se perdió en Cuba) lo cual parece una añoranza colonialista y también del apoyo al
franquismo en su momento (Franco murió hace mas de tres décadas aunque hay quienes se empecinan en mantenerlo vivo) . Por supuesto que la imagen mundial de Bush y ahora de Trump, lo intensifica. Pero yo no lo
puedo entender. Yo nunca he denostado a los españoles, a un país entero, a mi familia
andaluza porque se haya reelegido a Rajoy o por las tarjetas Black. Porque eso sería,
sin duda, una imbecilidad de mi parte. O de cualquiera.
Por eso a veces me dan ganas de tergiversar la frase del escritor franquista Agustín de Foxa y decirle a estos ALGUNOS: que tenga sangre y marido españoles y me guste el jamón serrano no significa que tenga que tolerar a un cerdo.
Por cierto, recomiendo la lectura de este libro:
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